top of page

Una promesa para toda la vida


(…) Como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno todo a vos. No permitais, Señor, que vuelva jamás a abandonaros. Amén

[Fragmento de la Oración al Santísimo Sacramento].

Cada uno de los rosarios que cuelgan en el cuello de un Diablo de Yare representa los años que tiene cumpliendo su promesa. Hay quienes tienen tantos, que no se pueden contar a la vista, son como contras que se lucen a pecho inflado y los protege del mal.

“¡Para toda la vida!”, fue la respuesta más común emitida por los Diablos al referirse al tiempo que dura su promesa, no vacilan al decirla, hay quienes lo hacen desde muy pequeños y aseguran nunca haber faltado un año.

Ya todos reunidos en la Plaza Bolívar de San Francisco de Yare, y después de pedir permiso para danzar a los promeseros caídos que reposan en el campo santo del pueblo, inició la misa ofrecida por el obispo Freddy Fuenmayor, que también juramentó a la nueva camada de la cofradía.

Durante la ceremonia, todos los diablos se rindieron ante su devoción, el Santísimo Sacramento del Altar, a él va dedicada su promesa a cambio de los favores recibidos, que tienen mucho que ver con la cura de males y enfermedades. Desde los más pequeños hasta adultos mayores, mujeres y hombres, todos se convierten cada Jueves de Corpus Christi en un Diablo bueno, representando el triunfo del bien sobre el mal.

La procesión

De espalda, así marchan los Diablos, retrocediendo al paso del Santísimo Sacramento, que al culminar la misa es paseado por las calles del pueblo. Hay un trance colectivo que contagia no solo a los promeseros, la caja, las maracas y los cantos, emiten un sonido que despierta en el cuerpo ganas de danzar y hasta los curiosos marchan dando brincos disimulados.

Vestidos todos de rojo con sus máscaras colgando casi hasta el piso, rosarios tambaleando, maraca en mano y abriendo paso con el mandador (varilla fina de madera), danzan los Diablos, ir de espalda no parece ser un problema para ellos, es como si lo hicieran de memoria.

El tac tac de la caja marca una sincronía, entre ellos se animan, se contagian la emoción; “Llámalo, llámalo” y “No te veo” son palabras mágicas que los invitan a bailar, a expulsar el mal de su cuerpo con sus sonidos casi tenebrosos.

Las paradas se van haciendo en los diferentes altares montados por las familias más devotas, luego se detienen en la Plaza Monumento a los Diablos Danzantes, y, finalmente, regresan al Santísimo a la iglesia.

Simbolismo y organización

La cofradía está compuesta por una línea jerárquica constituida por diferentes estatus, iniciando con los Diablos rasos; los arreadores, que se encargan de dirigirlos, y el capataz, líder de la cofradía. También están los cajeros, portaestandarte y auxiliares.

Solo los hombres pueden usar máscaras, y el número de cachos que esta tenga define la jerarquía del Diablo: 2 cachos raso; 3 cachos arreador y 4 cachos capataz.

A las mujeres solo se les permite usar máscaras para danzar en la víspera, y deben solicitar un permiso para hacerlo. Durante la procesión su función es de acompañamiento, sin embargo, hay mujeres arreadoras.

Aparte de los rosarios y el mandador, hay más elementos simbólicos en su vestimenta, como las palmas benditas cocidas en las camisas, que, según la creencia, sirven como protección.

Esta hermandad es la más antigua del continente, en el 2012 fue declarada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.


Posts Destacados
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Posts Recientes
Búsqueda por tags
Síguenos
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
  • Instagram Social Icon
  • Facebook Social Icon
  • Twitter Clean
  • YouTube Social  Icon
bottom of page